"Philip K. Dick: Legado de otro mundo" Por Florencia Bárbaro.

El señor Philip K. Dick, con sus relatos y novelas, se convirtió en benefactor de historias jugosas para el cine, por excelencia. Sus obras son, en parte, un reflejo de vivencias personales, plagadas de visiones y pensamientos confusos. Drogas, sociología, teología, un poco de política y bastante paranoia nos brindan una mezcolanza altamente volátil pero propicia para la gestación de las obras de ciencia ficción más codiciadas del siglo xx.


Su vida

Dick nació en 1928 en el seno de una familia disfuncional. Su madre, una joven primeriza a cargo de la crianza de sus dos pequeños (Philip y su melliza), cometió una negligencia que puso a Dick en la experiencia más traumática: la muerte de su pequeña hermana. A esto le siguió el abandono de su padre y una adolescencia regida por momentos difíciles. Un hogar nómade y el devenir de una mente refugiada en la ficción, que llegó a crear todo un universo alterno. Su vida fue una telaraña de situaciones conflictivas, tanto en su ámbito personal como en su carrera. Toda su paranoia y alucinaciones nos dan la pauta de una psiquis perturbada aunque no menos sabia. Si P.K.D. pudiese ver un poco en nuestro tiempo actual, vería plasmada gran parte de sus visiones. ¡ESTO ES UN QUILOMBO! Y el buen Philip ya lo veía en sus viajes a través de “analgésicos”. Nuestra realidad es inherente a cada línea de sus relatos.

Este loco lindo nos abrió camino a nuevas perspectivas. Cada una de sus acciones, deschavetadas o no, lo llevaron a ser una de las figuras literarias más controversiales, pero también una de las más admiradas.

Sus obras

"Soy un filósofo que ficcionaliza, no un novelista; mi habilidad de escribir cuentos y novelas es utilizada con el fin de dar forma a mis percepciones"

Si bien no era buen escritor (como muchos lo califican), en cuanto a su prosa se refiere, Philip sabía lo que hacía. No obstante, su trabajo gozo de una popularidad póstuma. Dedicó gran esfuerzo en llevar sus escritos adelante a pesar de las miradas negativas y los muchos golpes recibidos a causa de un género que, por aquel entonces, no era tan valorado como en nuestros días. 
Si bien obtuvo reconocimientos, el propio Dick no sintió la completa satisfacción de una aceptación popular. Económicamente no nadaba en plata y sus agites privados más de una vez le trajeron traspiés en su plano profesional. Publicó más de 30 novelas y más de 120 relatos: Ubik, Do Androids Dream of Electric Sheep?, A Scanner Darkly, entre otros. Y nos dejó lo que puede ser su obra más picante: su diario personal autodenominado Exégesis, con más de 8000 páginas.


¿Ficción o una realidad futura?

El género de la ciencia ficción dio de comer a Hollywood hasta dejarlo más que satisfecho, y podemos agradecer al loquillo de K. Dick por esto. (No, no me olvido de Lovecraft, Poe, etc.)

Nos encontraremos con títulos específicamente basados en sus trabajos: Blade Runner (1982, Ridley Scott), Total Recall (1990, Paul Verhoeven), Screamers (1995, Christian Duguay), Impostor (2001, Gary Fleder), Minority Report (2002, Steven Spielberg), y la lista continúa. Pero también podemos encontrar películas en las cuales se ven claramente su influencia: El show de Truman, The Matrix, El sexto día o El origen.

En conclusión podemos decir que este hombre que nos dejara en 1982, es un referente, que hoy en día hace replantearnos nuestra propia humanidad. ¿Llegaremos al punto en que nuestra realidad se funda con los libros de Dick? Su legado propone un misticismo profético, llevándonos más allá del tiempo o entendimiento mundano. El futuro ya está entre nosotros.

"Creo que la paranoia, en algunos aspectos, es la evolución en los tiempos modernos de un antiguo y arcaico sentido que los animales de presa todavía poseen: un sentido que les advierte de que están siendo observados".

Florencia Bárbaro

Nota: Este articulo fue escrito para la revista Cine Fantástico y Bizarro, y publicado en su numero cuatro, el mes de Marzo de 2014.